Sobre la ciudad de Fujisawa
Población: 441,547 habitantes (Abril de 2022) Superficie: 69,56km² A un radio de unos 50 kilómetros de distancia de Tokio. Un pueblo de clima templado y apacible cerca del océano Pacífico del que incluso se puede disfrutar en invierno. El encanto de Fujisawa reside en las vistas que ofrece del mar azul que rodea la isla de Enoshima y la abundante naturaleza de la zona, entre la que se puede también observar la flor de la ciudad, la glicina (el caracter “fuji” de Fujisawa hace referencia a esta flor).
Al alejarse unos pasos de la moderna zona comercial que rodea la estación, se puede sentir de cerca la historia de Japón y la historia de este pueblo de posta de las 53 estaciones de Tōkaidō. También se pueden visitar lugares como el Santuario Yugyoji, donde se originó el Bon-odori, un baile tradicional japonés.
Además, con una próspera industria agrícola y láctea en la parte norte, en la ciudad se cosechan frutas y verduras de temporada. También hay una zona industrial con gran cantidad de fábricas de automóviles.
Asimismo, existen acuerdos de colaboración entre industrias y cuatro importantes universidades situadas en esta zona: la Universidad Keio, la Universidad de Nihon, el Instituto de Tecnología de Shōnan y la Universidad de Tama.
Maravillosas vistas de Japón incluidas en la Guía Verde Michelin
¿Sabía que un lugar turístico de Fujisawa aparece en la Guía Verde Michelin? Se trata de la isla de Enoshima. Enoshima es, desde la antigüedad, una isla repleta de leyendas, historia y creencias. Es un lugar turístico situado a escasos 50 kilómetros de Tokio y al que se puede acceder en aproximadamente una hora.
La isla de Enoshima, en Fujisawa, fue escogida como lugar de celebración de las pruebas de vela de los Juegos Olímpicos de 2020. Especialmente durante el verano, la playa de Shōnan se llena de jóvenes bañistas. Es un lugar en el que se puede disfrutar de todas las estaciones del año, sea bañándose en la playa, observando las flores o participando en los festivales que se celebran durante todo el año.
El puente Enoshima Benten-bashi enlaza la estación más cercana con la isla, y al cruzarlo se puede observar el magnífico Monte Fuji, declarado Patrimonio de la Humanidad. En los caminos que se dirigen al Santuario de Enoshima, se puede disfrutar de platos marítimos de pescado y mariscos frescos.
Rincones espirituales en Enoshima
Enoshima es un lugar turístico lleno de naturaleza a cuyos templos acuden grandes cantidades de visitantes desde el periodo Kamakura (1185-1333). Especialmente en el periodo Edo (1603-1867), visitar Enoshima estaba muy de moda, hecho que quedó reflejado en numerosos grabados ukiyo-e. Se dice que la isla fue visitada por los monjes budistas Kūkai y Nichiren durante su aprendizaje, por Minamoto-no-Yoritomo, quien se acercó para realizar sus plegarias para salir victorioso de la guerra, y por Ieyasu Tokugawa, quien venía a la isla a rezar. Además, se cree que fluye energía desde el Monte Fuji hasta las cuevas Iwaya que hay en la isla y que junto con la energía que tiene el propio Santuario de Enoshima, las cuevas son el punto con más energía de toda la isla.
Según el Feng Shui, el dragón es una bestia sagrada portadora de buena fortuna. La historia de «La diosa y el dragón de cinco cabezas», en la que el dragón de la cueva es protagonista, está incluida en el Enoshima Engi* y es muy conocida en Enoshima. *Pinturas en rollo que describen el origen y la historia de Enoshima con texto e ilustraciones.
«La leyenda de la diosa y el dragón de cinco cabezas»
Había una vez un dragón con cinco cabezas. El dragón exigía sacrificios, causaba inundaciones, hacía llover fuego… Provocaba un sinfín de desgracias. De repente, un día cualquiera del año 552, el cielo y la tierra empezaron a temblar y una diosa apareció de entre las nubes. A medida que las nubes iban disipándose, Enoshima iba apareciendo.
El dragón se enamoró a primera vista de la diosa y le pidió contraer matrimonio. Pero la diosa rechazó su petición por todas las maldades que el dragón había cometido hasta el momento. Sin embargo, el dragón no desistió, y juró cambiar y dejar de hacer fechorías. Así consiguió casarse con la diosa (llamada Benzaiten).
Cuando el dragón murió se convirtió en el Monte Ryūkō, en la orilla opuesta de Enoshima, para así poder seguir protegiendo a la diosa. Dicen que aún hoy en día el dragón sigue protegiendo la isla de Enoshima. Gracias a la leyenda de la diosa y el dragón, Enoshima se ha convertido en un famoso rincón espiritual que atrae la buena suerte en el amor.
Con motivo de la leyenda de la diosa y el dragón de cinco cabezas se construyó la campana de Ryūren (campana del amor del dragón) en Koibito-no-oka (la colina de los enamorados).
Dicen que se puede conseguir el amor eterno haciendo sonar la campana de Ryūren y colocando un candado en el alambrado.